En todo el trayecto de mi departamento
hasta el de Pierre nos tardamos unos diez minutos que fueron los más largos de
mi vida. Me concentro en mirar por la ventana y mientras recuerdo lo vivido
hace un momento; mis ojos se llenan de lágrimas al pensar que hubiera pasado si
Pierre no me hubiera llamado minutos antes, segura que no estuviera aquí con él.
Suelto un sollozo y de inmediato siento una mano cálida que me aprieta
levemente una de mis manos y por reflejo lo miro a los ojos, unos ojos verdes
que me dicen que todo estará bien.
Continuamos en silencio, ahora agarrados
de las manos y sin que ninguno de los dos querer romper ese lazo que está
naciendo entre los dos. Unos minutos después estamos en el estacionamiento del
edificio del departamento de Pierre. El lleva mi maleta en una mano y en la
otra mi mano; no ha querido cortar esta conexión. Tomamos el ascensor hasta su
piso y cuando al fin llegamos; abre la puerta y me quedo maravillada por lo que
veo al pasar de la puerta.
Parte del departamento de Pierre
De frente me encuentro con los muebles
de la sala son de color beige y accesorios color marrón junto con dos butacas
con una pequeña mesa entre ellas y la pared divisora tiene una chimenea encima
de esta un plasma. La pared esta vestida de losas creando un efecto de
ladrillos.
—Tu departamento es muy bonito para ser
de un hombre.— le digo mientras camino por la sala; segura que aquí hubo manos
de mujer.
—Sí, hubo manos de mujer en la decoración;
mi decoradora.—me dice inocentemente.
—¿Ahora lees la mente?
—No pero te conozco muy bien para saber
por tus gestos lo que posiblemente estás pensando. Tu para mi eres un libro
abierto aunque no creas.
—Así no me digas.
—Pues si le digo señorita y quiero que
sepas que aunque estés aquí en mi “paraíso” me comportaré como todo un
caballero.
—Gracias, aprecio mucho lo que estás
haciendo por mí.
—Eres mi amiga y tienes problemas.
—Por Dios, Pierre no seas tan diplomático;
tú y yo sabemos...
—¡Shhhh! No creo que sea el momento,
¿Si?—me pone el dedo índice en mi boca en señal de silencio.
—Sí y te lo agradezco.
—Ven, te mostraré todo el departamento y
tu habitación en donde dormirás.—sonríe como un niño pequeño que ha traído a su
amiguito a su casa.
Lo sigo y el espacio es hermoso, cada
lugar tiene su esencia y su decoración propia. Me enseña dos habitaciones una
de ellas es la de visita y la de él. Su habitación es grande y muy bien
decorada.
La habitación es enorme, tiene un amplio
vestidor de lado de la cama que esta dividida por una puerta de espejo corrediza.
La cama esta perfectamente arreglada que dan ganas de deshacerla. Esta armoniozamente
decorada en colores grises, amarillo y negro.
—Loanne, aquí te quedarás y yo estaré en
la habitación del lado. Si quieres puedes tomar un baño.
—Me puedo quedar en la otra habitación.
Es que es tu habitación.
—Por eso mismo, quiero que te quedes en
la mía, y no digas nada más.—me advierte.— ¿tienes hambre?
—No mucha. Pierre si no te importa, me gustaría
darme un baño.—le pido para que me pueda dejar sola.
—¿Necesitas ayuda? ¿Puedo lavarte la
espalda?
—¡Pierre!
—Con intentarlo no pierdo nada. — sonríe
a carcajadas.—Si, ya me voy. En el baño tienes de todo que puedas necesitar y
si no lo hay, me avisas.— da media vuelta cerrando la puerta detrás de él.
Camino hacia su baño; me he quedado mas que sorprendida «quiero este baño para mi depa». Estoy maravillada con esta ducha,
es justo lo que necesito ahora que salga agua por todos los lados ideal para
una sección de masaje y sin hablar de la bañera al nivel del piso es simplemete
espectacular .
Decido darme ese baño; abro la ducha y me meto a ella para el
agua me moje por completa desde la cabeza hasta los pies. Veo un jabón, inhalo
su olor y es el mismo olor a limpio con que llega a la oficina, un olor a
hombre. Me lo unto porque no hay otro jabón y con la prisa, Pierre no tomo nada
de mis cosas que están en mi baño.
Estoy unos minutos más en la ducha para
luego salir de ella, ponerme mi pijama y salgo de la habitación para buscar a
Pierre.
—Pierre, Pierre, ¿en dónde estás?
—Estoy en la cocina.
La cocina esta hecha bien rústica en una
combinación de madera y stainless steel con unos tabuletes. Cuando llego donde
esta Pierre, él por poco se atraganta con lo que se está comiendo y yo muero de
la risa por dentro. Se ve tan relajado comparado con el Pierre que trato en la
oficina.
«Me
gusta este hombre pero si se lo digo, segura que me hace suya aunque no estaría
mal ya que lo necesito. Necesito ese tipo de atención, liberar el stress de
estos últimos días.»
Me ofrece un pedazo de pastel y un vaso
de leche; dice que la leche me calmará los nervios y podré dormir bien, «como si fuera tan fácil». Acepto lo que
me ofrece, me lo como y ya más calmada, nos retiramos a dormir.
Pierre me acompaña a la habitación para
ayudarme con la cama; luego de estar instalada se marcha no sin antes decir que
estará al lado por si lo necesito.
«Si, lo que
necesito es al él en esta cama grande y fría.»
Tratando de dormir, comienzo a dar
vueltas en la cama sin hallar el sueño aún estoy nerviosa pero me obligo a
mantener los ojos cerrados sé que si lo hago el sueño vendrá. Después de tanto
pelear con la cama y las sabanas me quedo entre dormida y despierta y veo que
la puerta de la habitación se abre poco a poco no distingo quien es y siento
mis ojos pesados que se me cierra solo siento unas manos que me aguantan
fuertemente a la cama y que se me tira encima y casi no puedo respirar por el
peso de su cuerpo. Trato de moverme pero me tiene sujeta de manos y pies y solo
distingo su silueta, cada vez se me hace más difícil de respirar, muevo mi
cuerpo pero es inútil no logro nada hasta que de mi garganta sale un grito de
terror y unas manos me sacuden para despertar y vuelvo en sí; toda sudada,
templando y con la respiración agitada.
—Estoy aquí, amor. Tranquila. Respira
con calma.— me abraza y me tranquiliza su voz, mientras me doy cuenta de quién
es.
—No me dejes sola, por favor.— le digo
entre sollozos.
—No haré, te lo juro. Estoy aquí para
ti.—me abraza fuerte y me mese entre sus brazos.
—Ya paso, tranquila. Estoy contigo. Ven recuéstate
en la cama.
—¡No!
—Estaré contigo, ven.—me lleva hacia el
espaldar de la cama y me acuesta encima de él.—Quédate conmigo, no te vayas.
—No me iré, cuidaré de ti, nada va a
pasarte— poco a poco me tranquiliza y me abandono entre sus brazos.
Cuando vuelvo a abrir los ojos, veo un pequeño
rayo del sol que se asoma en la ventana de la habitación; voy abriendo los ojos
y me doy cuenta en donde estoy y quien me abraza posesivamente. Trato de salir
de su abrazo con calma para no despertar pero es imposible que no se levante,
me aprieta para que no salga de cómo estamos.
—Pierre necesito ir al baño.
—No, no quiero.
—En serio que lo necesito.
—Está bien, ni modo. Váyase, señorita. ̶ salgo
de su amarre hacia el baño.
Paso un par de minutos en el baño y cuando
salgo lo veo en la cama esperándome.
—Ven aquí, siéntate.—camino hacia él y
me siento en la cama. —¿cómo te sientes?
—Me siento un poco rara, pero bien.
—Sabes que anoche Paul casi te ataca y
hace unas horas tuviste una pesadilla. ¿Lo recuerdas?
—Si, sé exactamente lo que me ha pasado,
quiero olvidarme de todo eso. Quiero que de ahora en adelante pueda recuperar
mi vida, mi individualidad y ser la mujer que era antes de conocer a Paul.
Quiero recuperarme.
—Y si necesitas apoyo, aquí estaré
siempre. Déjame ayudarte a olvidar, olvidemos el dichoso trato que hicimos y
déjate amar por mí.
—No entiendo, Pierre.
—Sencillo, que me gustas y haría todo lo
posible para que estés bien siempre.
—Yo… estoy sorprendida. ̶ estoy realmente sorprendida no me esperaba
esta confesión.
—No debería de sorprenderte, desde que
llegaste a la compañía he sido sincero contigo.
—Sí pero después que te rechacé y no
volviste a decirme nada.
—Eso es cierto, no dije nada porque
fuiste muy clara y entendí lo que quería pero ahora, ahora no sé qué me pasa pero
quiero estar contigo.
—No te puedo ofrecer nada y tú eres un
hombre que se merece todo lo mejor. Pensé que lo que estabas buscando era una
relación meramente sexual sin involucrar
los sentimientos. Pierre si no es así, es mejor que rompamos el trato.—digo
seriamente mirándolo a los ojos.
—¡No! Quiero estar contigo, es lo que más
deseo y estoy seguro que podemos ser amigos con beneficios.
—¿Sin envolver los sentimientos?
—Sin envolver los sentimientos, ̶ con la mano derencha me hace la señal de
juramento pero eso sí te haré sentir especial; está en mi naturaleza hacer
sentir bien a la mujer que me acompaña.
—¿Tengo alguna otra opción?
—Ninguna.—sonríe pícaramente.
No hago más que responderle, y me toma
entre sus brazos colocándose a mis espaldas acercando su boca a mi oreja para
besarla, chuparla.
—No quiero esperar hasta viernes, te
deseo aquí y ahora.—me susurra al oído y va acariciándome buscando el borde de
la camisa de mi pijama y de una vez me la quita dejando mis pechos al aire.
Me envuelve en sus brazos; va dejando
tiernos besos por todo mi cuello, con una mano juega con mis pezones y con la
otra acaricia mi vientre; mi respiración se agita con su juego de seducción.
Siento que su respiración también se agita, me aprieta contra él y su erección
encuentra cabida entre mis nalgas;
«No lo
puedo creer que estando dentro de su pantalón se sienta grande. No puedo creer
que estoy aquí a punto de cumplir mi más caliente fantasía; el estar con Pierre
los dos desnudos.»
Comienza a menear sus caderas en movimientos
circulares para que lo sienta. La mano que tenía en mi vientre ya está viajando
al sur de mi cuerpo, mete su mano dentro de mi pantalón y con sus dedos abre
mis labios para jugar con mi sexo.
—Estas mojada pero no como me gusta,
quiero que estés empapada, excitada. ̶ me
dice jugando con mi clítoris. – te quiero caliente, excitada y deseosa por mi
polla.
—Haz lo que quieras pero ya, no puedo
aguantar más te quiero dentro de mí. – le suplico entre gemidos.
—Tranquila aun no estas lista y te
quiero muy lista para lo que quiero hacerte.
Se separa por unos segundos para bajarme
el pantalón y dejarme complemente desnuda, expuesta a su merced; aprovecha para
quedarse desnudo, me da la vuelta y mis
ojos instintivamente se fijan en su gran erección y me mojo los labios con mi
lengua.
—¿Te gusta lo que ves?
—Sí, me gusta. ̶ me humedezco los labios y desde ya quiero
tenerlo en mi boca y dentro de mi. Saber como me lo hace.
—Deja que esté dentro de ti, que te gustará más.
Me toma por la cintura, me lleva hasta uno de los muebles de la sala y me deja caer en el. Me mira los
pechos y se relame los labios con su lengua e inicia su camino hacia uno de mis
pezones para chuparlo, morderlo, besarlo y succionarlo.
— ¡Que rico!, sigue. Me encanta como lo estás
haciendo—digo entre jadeos y gemidos.
Mientras me succiona uno de los pezones,
mi clítoris es poseído por sus magníficos dedos que me transporta hacia un gran
orgasmo que se está formando dentro de mí. Esa sensación de la que tanto tiempo
he deseado sentir se está haciendo realidad y con el hombre que menos me
imagine que me haría conocer el placer de experimentar el más esperado orgasmo.
—Dime cuanto te gusta.
—Mucho, no pares.- pronunció jadeando.
—No lo haré. Quiero que te corras en mi
mano. Quiero saborearte. —Sigue con su ataque y estoy a punto de venirme.- lame
y chupa suavemente mis pezones; alternándolos.
—No pares, por favor. Pierre.
— ¿Estas a punto de correrte?
—Oh Dios! No puedo más, arde, duele.
Pierre.
—Un poco más amor, aún falta. Quiero que
estés bien excitada y empapada. Quiero que me sientas dentro de tí, llenarte con mi semen volviéndote loca y
desesperada.
—Por favor, Pierre.
—Mírame a los ojos cuando te vengas,
hazlo amor vente para mi. —acelera y
presiona más mi clítoris hasta llevarme al límite.
Todo mi cuerpo se tensa, estoy sometida
a una ola de sensaciones volviéndome loca y desesperada moviendo mis caderas
para intensificar más la presión y llevarme al clímax.
Sigo con la mirada fija en sus ojos, su
boca deja mis pezones para explorar mi sexo con su lengua, lame suavemente mis
labios, mi clítoris y me penetra volviendo hacer lo mismo alternando el ritmo
hasta que me lleva al segundo orgasmo.
Después del orgasmo, se para frente a mí
y me mira con ojos lujuriosos; sus manos me acaricia desde los pies hasta
llegar a sexo me abre y me pasa sus dedos por él y se los chupa.
—Mmmm, me encanta tu sabor podría estar chupándote
por horas. Me gusta que estés tan excitada y te quiero en mi cama ahora.
—Quiero sentirte dentro de mí, quiero
que me hagas tuya.
Oh por dios por fin estos dos como que están juntos pero igual algunas intrigas tengo al respecto mi angelita me ha encantado el cap me gusta que pierre quiera se lindo con ella aunque ella se niegue dios ya quiero saber más de esta historia excelente cap exitos tqm
ResponderBorrarQue bueno que te haya gustado, tenia un poquito de miedo pero salio. A mi me gusta Pierre, como quiere a Loanne y ella no lo quiere. :-(
BorrarGracias angelita por estar apoyandome. Besos,TQM
Dios hise el error de leerlo hoy y estoy en grandes problemas!!!
ResponderBorrarMe encantoooo mamiii como la cuida y como la ama el quiere mas y ella no?
hay veces que no puedo entender a las mujeres!!!
Un Beso INMENSOOOOO!!!
TQM
Ay Meli. Cuando tendras suerte!!! Pierre quiere mas y mas pero Loanne nada de nada. Las mujeres somos bipolar jajaja.
BorrarGracias mi amor por estar apoyandome.
Besos. TQM
Omg!! Me encanta
ResponderBorrarSe pone mucho mejor ahhh pero Pierre que es un amor , quiero massss
Muackss ;)
Lore yo quiero mas, aunque sufra escribiendolo pero mas. Que te puedo decir de Pierre que no hayas escuchado. Estoy enamorada de el.
BorrarBesos Lore y gracias por el apoyo.
omg que calorrrrrrrrrrr!!! arde Troya,..
ResponderBorraraii este hombre es todo un semental jaja yo tambien quiero un Pierre <3
me encanto el capituloooooooo , y quiero saber mas
un beso grande hermosa :)
Solecito, Voy a clonar a Pierre para que cada una de ustedes incluyendome nos haga compania.
BorrarSol preparate que este capitulo es una llamarada por lo que viene adelante.
Gracias por estar aqui apoyandome. Besos